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Mostrando entradas de 2012

Rómulo Bustos Aguirre

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Por Rómulo Bustos Aguirre De origen Hay un cierto declive por el que el esplendor de todo gesto                                                 se precipita y halla su raíz recobra su rostro de medusa Y solo queda su rastro  se precipita  una vaga fosforescencia que no alcanza que no alcanza Sufí Como un perro que inútilmente intenta morder su cola giro en sentido inverso del movimiento de los astros para alcanzar mi sombra Sólo ella puede darme noticias de mi luz De la levedad Érase un alma tan leve que cuando murió su cuerpo era tal su levedad que pasó sin detenerse ante la Puerta del cielo Al menos eso fue lo que creyó el Guardián de la Puerta Y el Guardián de la Puerta alarmado temiendo que fuera a dar al Abismo o Vórtice de la nada le sugirió que, a modo de plomadas, dejara caer palabras pesadas Y el alma leve dijo: cedro, argamasa, potala, escaparate Pero siguió levitando Y el Guardián de la Puerta le sug

Si la eternidad empezara un domingo

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Si la eternidad empezara un domingo Por: Miguel Barrios Payares Siento ganas de subir al cuarto, escuchar Pink Floyd y suicidarme. Hoy ha llovido más que todos los días. Es un día cubierto por nubes y calor. Las ventanas están cerradas. No me creo el cuento de que María Paula se suicidó. ¿Cómo? ¿Por qué? No me creo ese cuento de que el viejo no tenga nada que ver. Yo creo que él la mató. Era viernes, la casa de él estaba llena de personas cuando yo me di cuenta de lo que pasó. Él estuvo bajo un árbol de mango, lloriqueando y dando respuestas a medias a todo el que le preguntaba. Ella estaba muerta en una morgue con la cara hecha puré. Una vieja lavó el piso sucio de sangre. Dicen que María Paula se tomó un montón de pastillas, luego se desmayó y cayó de frente contra el piso, dicen que quizá estaba embarazada y que el novio la dejó y por eso se suicidó. Pura mierda. Las hormigas se juntaban una al lado de la otra y besaban la sangre que la vieja no alcanzó a limpiar de las

Diógenes Armando Pino Avila

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 Por: Diógenes Armando Pino Ávila A LA DERIVA Quise agitar tus aguas mansas para navegar hasta el cansancio en tus mares océanos y luego refugiarme en la ensenada de tus playas. Logré sumergirme y explorar tus tibias profundidades, para jugar al buzo de pesca en tu coral embrujado y capturar las caracolas doradas que emiten el eco de tus ansias, tus suaves murmullos, y tus tenues gemidos. Pude romper tus olas, para navegar en tus mares, y descubrir las islas donde escondes tus tesoros, y alcancé a saborear la sal húmeda de tus espumas, alcancé a pastorear el cardúmen vivaz de tus sonrisas, y perseguir encantado los pececillos esquivos de tus besos. Me propuse un día, atracar en tu puerto, para poner en orden la bitácora de mi vida, y poder restañar mis heridas, y renovar mi estropeado velamen, para luego hacerme a la mar de nuevo ¡y no pude! Tiempo después, Quise levar anclas y abandonar tu puerto

Felix Molina Flórez

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El retorno Por: Felix Molina Flórez Tu llegada allí es tu destino C. Cavafis Antes de suicidarse Ulises tomó su moto y recorrió Valledupar. Seguramente quiso sacarse de la cabeza la idea de matarse, pero el hecho de que descubriera que Marcela, su mujer, había salido del Motel Puerto Rico con un tipo alto y medio encorvado, era una razón suficiente para pegarse un tiro o colgarse de una correa. Se levantó de la cama. Luego de pensar en lo doloroso que sería para él superar esa crisis, supo que nada en la vida volvería a ser como antes. Tomó su RX 115 y fue a la avenida Simón Bolívar. Observó algo absorto, cómo el neumático delantero recorría la superficie del asfalto y esquivaba los huecos, mientras algunos enormes árboles parecían perseguirlo. Pensó, en ese instante, que muchas veces él fue como ese neumático en las curvas de Marcela. Recordó también, cómo sus manos patinaron más de una vez sobre los senos de su mujer, a la que ahora creía malvada. Frenó y esperó a la

Martín Salas Ávila

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De DATOS DEL INFELIZ Cartagena: 2009 (Plaquette preparada para los festivales de poesía de Venezuela y de Cartagena de Indias)  Ya no juego a ser el vagabundo que alguien levanta del suelo:lo baña, le corta las uñas y lo ama un fin de semana.   Uno olvida esos juegos; nadie es capaz de condolerse por un vagabundo cuarentón. Si de joven amenazaba con matarme, cualquiera se preocupaba.   Ya no se es Kurt Cobain, él murió joven y seguirá joven, en un viejo cassette, en marrón, en un patio oscuro del barrio Manga.   Difícil tarea ésta, (a de decir que todo es insalvable; ahora que el famogal es mi nueva compañera, ahora cuando tengo dificultades para agacharme y recoger del suelo este poema.    SEGUNDO Uno se recuerda recibiendo una medalla, con camisa amarilla. Celebrando un gol de Brasil. Entrando por primera vez al segundo a. Imitando a Chaplin. Perseguido en una madrugada, matando a quien debía morir. Uno se recuerda en un papelito escrito por

Nobel de Gabo 21 de Octubre de 1982

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La soledad de América Latina [Discurso de aceptación del Premio Nobel 1982 -Texto completo] Gabriel García Márquez Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen. Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el

Argemiro Menco Mendoza

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DEL TRISTE DUEÑO DE LA SOMBRA Sombra de un hombre, encogiéndose con el andar de la mañana, estirándose con el declive de la tarde. La sombra, un alma que naufraga. Ver que no somos ya ni la sombra de esa sombra. Ayer no más, su compañía, en el relleno del vacío. Sombra viajera, sombra sin norte en el plano gris del desencanto. La sombra marchó linchada por el dolor de su raíz adolorida. ¡Oh, la sombra trabajando su milagro! ¡Oh, si la sombra, al final de su tristeza, enterrara su cuerpo en arenas vivientes de la noche! ECLIPSE Unión global. El Sol copula con la Luna. Desnudez. Cuerpos cósmicos proyectando las sombras del asedio. Las pasiones estelares estimulan la presencia del ojo humano, multivista. Frente a una cama del universo, en posición erecta, se excitan los asombros. Somos televidencia erotizada. A la Tierra descienden cristales serenos, agua poética de amor, la lluvia que fecunda. El amor sideral es un polen enc

Eddie José Daniels García

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“Mi nombre es...” A E. C. Meza Rosales, a quien el Destino le dio un premio para toda la vida . Desde la mañana en que el profesor de literatura universal, un anciano bonachón de chivera nevada y puntiaguda y bigotes ensortijados que vestía siempre de camisa y pantalones negros y corbata roja, cuando yo culminaba mis estudios superiores en la universidad local, hizo un alto elogio de mi nombre remontándose a lo más profundo de las raíces griegas, siempre lo llevé con orgullo, al expresarlo y al escribirlo ante los demás, pues hasta ese día, le había reprochado a mis padres que me hubiesen bautizado con un nombre de vieja que, ante mis amigas y amigos se me llenaba la cara de pena y de vergüenza. En mi primer día de clases, cuando apenas tenía cinco años, en el jardín infantil de mi pueblo que lo atendía la señora Altagracia Dos Santos, y al que asistíamos todos los niños y niñas de mi edad, mis compañeritos se rieron y se burlaron al escuchar mi nombre. -Tienes nombre

Bernardo Romero Parra

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Poemas tomados de:  Poesías.es Esquina Urbana En la esquina de la cuadra no habían vacantes estábamos completos los contertulios pero, ese lugar tenía un dulce amañador preferido por los foráneos que allí se quedaban sin invitación alguna. La esquina de la cuadra era una sala de redacción de las noticias de la comunidad. cubiertas por reporteros de ocasión y vocación. Cada periodista entregaba su informe y al final de la tarde se podía hacer la emisión. Allí salió la noticia de que el tumor abdominal de la niña Raquel. No era más que el resultado de la pruebita de amor que le pidió su noviecito Rafael y efectivo a los nueve meses parió. Allí se debatió y concluyó que tener una pieza descomunal como la que tenía Misael. No era solución para satisfacer a una mujer. Porque a ese cojonudo. Otra mujer se le llevó la mujer. Partida desde la nada Resolución Me han contado Que existen innumerables mundos en este universo. Entonces inició su bús

Frak Torres Vergel

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Cuarenta grados Sudan los muros, las hojas de los árboles, el aire pulverulento, la ropa del enfermo, la piel roñosa de las bestias estivales. Transpira el virus picante y pertinaz, la chatarra abandonada en solares desérticos, la cruz latina de Jesús. Suda la patraña de ayer, la ambición desmedida, la luz que se refleja en el espejo, la carne de la anguila, la fiebre sañuda, los cúmulos níveos a mediodía. Transpira el paciente ladrillo en paredes de sueño, las rayas cafés del vicioso comején, el Tiempo, que hinca sus colmillos en las gargantas de los hombres. Carácter implícito No a todos nos enriquece la Fortuna No a todos nos da el silencio el Silencio No a todos nos concede un deseo la Esperanza No a todos nos sonríe la Alegría No a todos nos da vida la Vida No a todos nos defiende la Justicia No a todos nos prolonga el tiempo la Muerte No a todos nos hace nobles la Verdad No a todos nos suspende el Honor No a todos