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Mostrando entradas de febrero, 2013

Eloy Eduardo Pereira Bossio

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ASÍ TE ESPERÉ Yo te esperé con mis brazos extendidos hacia el infinito de los puntos cardinales para ir al encuentro lejano de tus besos. Y mis brazos, que agitaron tu bandera, aún están vacíos. Y mis manos, que empuñaron tu calor, aún siguen lánguidas y frías. Te esperé para sembrar mi amor en tu boca y masticar con tus dientes y los míos la espesa saliva del rencuentro. Y tu boca, que alentaba mi alegría, hoy me niega tu sonrisa. Y tu boca, que llenaba mi esperanza, hoy me niega las palabras. Yo te esperé aunando a todo lo que ansío. Como cántaro de barro, llenarme con la miel de tus encantos, como agitado sueño, sosegarme con el roce de tus senos, como tierra sin arado, abrir surcos en tu cuerpo, como noche silenciosa, alegrarme con los trinos de tu risa, como flores salvajes, respirar el aroma de tu piel. Así te esperé, con los ojos cerrados, como ave nocturna en su ciego vuelo. Así te esperé, en la plenitud de los solea

En medio de la noche

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Por: Carlos César Silva Yo estaba acariciándome los senos. Me irrumpían velas y plumas que expedían un olor a sándalo. La medianoche arribaba con rapidez. Hacía rato que había dejado de oír a lo lejos la voz arrogante de Pablo, al parecer había terminado de darles órdenes a sus hombres. Sin embargo, seguía haciéndome esperar. Desesperada, me puse la bata y salí a buscarlo. Recorrí todo el interior de aquella casa suntuosa y solo pude hallar de él un par de habanos mal apagados. Luego sentí ciertos movimientos en el patio y con cuidado me dirigí hacia allá. Cuando me aproximé a la piscina, vi de repente entre las aguas a Pablo: estaba juntando delicadamente sus labios con los labios de alguien, a quien desde la posición que yo ocupaba, no alcanzaba o tal vez me rehusaba a distinguir. De modo que me acerqué un poco más. Atónita, descubrí que se trataba de Gonzalo, la mano derecha de Pablo, cuya piel dorada y musculatura perfecta tal la de un dios —reconozco— lograron tentarme

Diógenes Armando Pino Avila

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COSMOGONÍAS Y COSMOVISIONES COSMOGONÍAS Y COSMOVISIONES Mítica Dios hizo al mundo tan perfecto, lo puso a girar en una esfera de cristal dotando al hombre de fino intelecto, retándolo a  ver si lo puede descifrar. Fue por ello que los míticos arhuacos nos legaron al Gran Padre Kaku Sarankua poderoso creador del mundo y los espacios, de este vasto universo, la más bella kankurua. Los misteriosos y no muy lejanos Muiscas de regalo nos dieron La Gran Madre Bague deidad mujer que hizo el cosmos a prisa Con la preciosa ayuda invaluable de Bachué, en una larga danza, acompañada de Bochica creando la naturaleza y dándonos el ser. Geocéntrica . Avanzó el mundo y también la ciencia y observó el hombre los astros y planetas del inmenso universo tomó conciencia queriendo explicar su construcción perfecta. Egipcios y griegos tomaron delantera elucubrando así ingeniosas teorías con las que explicaban a su manera la arquitec

Edwar Buelvas Mendoza.

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Tedio De vez en cuando es bueno morir un poco cansarse de la ropa y los zapatos colgar la vida en el perchero al lado de un paraguas o de algún saxofón Una espina rompe las venas y el tambor del crepúsculo se aja el pensamiento se alborota la risa de los malos deseos Un vital ejercicio para un lunar al borde de unos labios sin gusto En mi pueblo la sangre ama a los atardeceres de vez en cuando hay fiesta y se prenden los cañones Historia del miedo. Involuntariamente, la luz de tu ciudad en trance entra en mi pecho incendia la rutina. Mi guerra es no dejarme tocar por tus deseos Es inútil llorar muertes ajenas. Las nuestras ya vendrán desde algún sitio sin pedirnos permiso sin darnos concesiones En mis venas los rostros se desplazan indiferentes y tristes sin memoria sin un pan que morder sin una zarza que arda en el camino de los desheredados Involuntariamente el miedo -agua de vendaval- c