Argemiro Menco Mendoza


DEL TRISTE DUEÑO DE LA SOMBRA

Sombra de un hombre, encogiéndose
con el andar de la mañana,
estirándose
con el declive de la tarde.
La sombra, un alma que naufraga.
Ver que no somos ya
ni la sombra de esa sombra.
Ayer no más, su compañía,
en el relleno del vacío.
Sombra viajera, sombra sin norte
en el plano gris del desencanto.
La sombra marchó linchada
por el dolor de su raíz adolorida.
¡Oh, la sombra trabajando su milagro!

¡Oh, si la sombra, al final de su tristeza,
enterrara su cuerpo
en arenas vivientes de la noche!

ECLIPSE

Unión global. El Sol copula con la Luna.

Desnudez. Cuerpos cósmicos proyectando las sombras del asedio. Las pasiones estelares estimulan la presencia del ojo humano, multivista.

Frente a una cama del universo, en posición erecta, se excitan los asombros.
Somos televidencia erotizada.

A la Tierra descienden cristales serenos, agua poética de amor, la lluvia que fecunda. El amor sideral es un polen encendido cuyas caricias estampan sonrisas a la luz.

Cuando el Sol y la Luna se separan, uno comprende por qué el Sol derrama su luz, una vez más, sobre la Tierra.

YETI

Estamos en el monte más alto,
la nieve más albina,
la huella más extensa,
la mancha más impura,
el oso más extraño,
la sombra más negra,
el gigante más titánico,
la leyenda más nevada,
la historia más blanca,
el hombre más fornido
y más abominable,,,
Estamos en la cueva más oscura.

HERÁLDICA Y SANGRE PARADOJAL

El hijo de Héctor
creció como un príncipe de paz.
Pero.....
los nietos de aquel héroe,
y de Andrómaca, anduvieron
poseídos de manchas heredadas:
se sentían orgullosos de su origen,
cada uno de ellos se creía
una gota de sangre,
que descendía de la lanza
de un guerrero.

EXORCISMO

El odontólogo le aplica
una jeringa de agua mágica
al colmillo del vampiro.

DOCTRINA DEL VIGÍA

Un poste de luz, como un gran señor, tiene, en su frente de vigía, un faro de vista mercurial. Los celadores que no pegan sus ojos son bombillos despiertos en la noche.

Bombillos que ladran encendidos: tinieblas que se espantan en el túnel del aire.
Bombillos apagados: tinieblas que se amañan.

Hay bribones que asaltan
al amparo de las sombras.
El centinela que apaga sus atisbos
es un cómplice barato de la noche.

Mientras cazamos al cobarde, diente por diente, hay un foco de penumbras que nos guía. Vamos a embotellarlos en la oscuridad de sus propias armas. Hay vigilancias que requieren de tactos penumbrosos. Sean de noche o de día, la vista, los oídos y el olfato, excesivamente despiertos.

Argemiro Menco Mendoza. Poeta, escritor y periodista. Nació en 1948 en Piza (Sucre), Colombia. Autor de los poemarios "Secretos míos,,, (¡al arca de la luz!)" (Lealón, 2000), y "Las sombras del Asedio" (Los Conjurados, 2007). Antologado por las revistas Común Presencia, Candil y Epigrama. Ha sido columnista del periódico El Espectador y colaborador de los diarios El Universal y El Heraldo, y de revistas literarias de Latinoamérica. Especialista en Universitología y en Didáctica del Lenguaje y la Literatura, es profesor de la Universidad de Cartagena -donde obtuvo el título de Abogado-, y de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Varios poemas suyos han sido adaptados para obras pictóricas (Galería Jardín Botánico del Quindío, exp.: "A vuelo de Mariposas" de Lourdes Morales Núñez, 2002), documentales ("El linaje del río", de Juan Carlos Guardela, Telecaribe, 2008), y piezas teatrales ("Sebastiana", de Carlos Ramírez, Teatro Estable Aguijón, 1985)


Comentarios

Argemiro Menco ha dicho que…
Me complace disfrutar esta ventana por donde miran mis poemas los ojos de los lectores de este mundo.

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