Alvaro Maestre (Poeta de Villanueva Guajira Col)

Monólogo

Heme aquí Señor,
Sorprendido por tu infinita paciencia;
Encandilado por las luminarias de Tu grey
Postrado de rodillas en las bancas de caoba
De tu culto, pidiéndote cordura
Impávido por las llamadas a la tolerancia
De tus fieles
Absorto por las permanentes
Pasadas por la faja de tus mandatos
¡Y tu ahí Señor!
¡Pellízcate Señor!

Alíviame la carga, Señor

Yo merezco una múcura de dolor más pesada
Y más grande. (Luis E. Mizar M.)

Alíviame la carga Señor:
Déjame mis tristezas y mi llanto
Que son mis compañeros cotidianos.
Déjame mis dolores y pesares
Que van unidos a mí como la sangre.
Déjame mis derrotas arraigadas
Que me enseñan a luchar.
Déjame los abrojos de mi senda
Para guiarme con pasos cuidadosos.
Déjame las migajas, si tú quieres
¡Pero aleja de mí esta soledad!

Sobrevaloración

Del mundo quiero la nada...
Ya es bastante para mí;
Del tiempo... ¡cuatro instantes vespertinos!
De ti, Lenis, tu dedo en descenso
(Para soñar de nuevo)
Del cielo, el relámpago aquel, de mi ventana,
Quiero el pétalo marchito,
El lienzo perforado,
La cruz del clavo flojo,
La mandolina rota,
El peje que se escapa,
El grito que se calla,
El Padrenuestro viejo,
La rueca ya vencida,
La lámpara de Diógenes,
La mesa paticoja,
La cantimplora seca,
A mis poemas viejos,
Y tantas inutilidades...
Que me hagan creer
Que para algo sirvo.

Descanso celestial

... Y estando hecho todo,
Colgó Dios su chinchorro
Y se quedó dormido, tan profundamente.
Que no despierta todavía.

No reniegues si un perro te mea, y di: Mea culpa

¿Por qué si un perro te orine
Lo atribuyes a la mala suerte?
Es tu estatismo
Lo que provoca la evacuación urgida.
En la prisa inminente del efluvio
Te confunde con un poste
Y tú, en lugar de agradecer
Que te amosca en los goteos iniciales
Como un energúmeno reniegas,
Pavoroso de tu suerte.
Si supiera cómo,
El perro se disculparía contigo,
! Por hacerte despertar!

El estruendo no silencia la palabra

A todos los tertuliadores.
A todos los tertuliaderos.

Se puede arriar la vela y limitar el rumbo
De la nave.
Se cortará la pluma del ala de las aves
Para restarle altura al vuelo libre
Y al eco mismo se puede silenciar
Con ruido nuevo;
Se puede herir al sujeto pero el verbo
Más libre y altanero en la defensa
Se atará a sujeto nuevo y numeroso.
El estruendo no silencia la palabra,
Cuando la onda ondule en el silencio
El murmullo de voces lo condena.

El triunfo de la palabra

Pon le mordaza
Si habla, hiere,
-Si afirma, mata,
-Si calla, duele,
-¿asomará al balcón para la arenga?-
Si el gaitanesco puño llega a abrir,
¡Horror a la injusticia!
La soportabilidad se abrirá paso
Al son de las fanfarrias pueblerinas
Que anima
A defender su verbo hasta el ocaso
De los tres soles generales,
-¿a quién dolerá si se le acalla?-
A nosotros señor, a nuestro pellejo,
A la patria dolerá y al mismo pueblo
Y a la historia y a Dios y a la esperanza.
¡Deja que hable entonces:
- Y habló sobre el amor y los dolores,
Desmitificó el Credo
Exorcizó la fe
Purificó al adjetivo encajonándolo preciso
En el sujeto
Y al verbo le dio la espada y la coraza.

Comentarios

Álvaro Maestre García ha dicho que…
Te agradezco mi hermano querido. !Un abrazo!

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