LAS TRES PIEDRAS MÁGICAS DE ANTONIA Ocurrió a comienzos de diciembre, cuando llegó mi hermana. Ella trabajaba de enfermera en el hospital de un pueblo cercano al nuestro. Llegó de descanso por cuatro días. Consigo trajo a Antonia, una negra esbelta de escasos 15 años de edad. La presencia de Antonia en la casa, me perturbó desde un comienzo. Era de espigada estatura. Sus labios eran carnosos y rosados y resguardaban unos dientes blancos, que en todo momento mostraban una sonrisa alegre. Su vestido estampado en flores rojas, parecía que fuera dos tallas menos para su cuerpo, ya que sus turgentes senos, querían romperlo, reclamando una libertad que yo esperaba celebrar. Para la época de la llegada de Antonia yo tenía 12 años de edad y una inocencia total en cosas del sexo y del amor, pero desde que la vi por primera vez, sentí que un volcán empezaba a rugir en mi pecho y una tempestad de sentimientos, hasta ahora desconocidos comenzaron a acompañar mis ...
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