El decalogo del buen lector

Tomado de: http://www.madrimasd.org/blogs/futurosdellibro/2007/12/03/80189

Un buen lector, según el decálogo preparado por Antonio Muñoz Molina, es:


1. el que empieza a serlo antes de comenzar a leer, con las historias que le cuenta papá o mamá, las que le despiertan la imaginación y la curiosidad por querer saber. Por eso, el buen lector es aquél al que le cuentan historias desde pequeño;

2. el buen lector empieza a leer muy pronto, por eso en las escuelas no tienen que coartarle a un niño la necesidad de aprender a leer cuando él mismo lo decida y no cuando lo marquen los programas de estudio: “Si el niño tarda mucho en aprender a leer, pierde mucho tiempo”.

3. el buen lector no sólo ama los libros, también disfruta de la música, el cine y hasta la televisión: “La televisión no es enemiga [...] ni el cine, ni el videojuego son enemigos de la lectura, lo que es enemigo de la lectura es la ignorancia”, consideró:

4. “El buen lector no sólo ama la literatura y la literatura de ficción, también ama los libros de historia, ama los libros de explicación de naturaleza, de ciencias naturales, el buen lector también ama los mapamundis”, cualquier tema es bueno para leer, porque siempre hay algo nuevo que aprender, incluso en el periódico;

5. el buen lector es aquél que aprende a disfrutar la soledad, porque la lectura requiere un acto en solitario, aunque en esta época es un poco más difícil que en otras, por la comunicación instantánea;

6. el buen lector aprende a disfrutar de la más rica y variada compañía, porque al leer puede encontrar similitudes de las historias impresas con su propia vida. “Te enseña que los seres humanos somos muy parecidos y también muy diferentes”;

7. el buen lector disfruta compartiendo sus lecturas, recomendando lo que ha leído para que otros lo conozcan y lo disfruten;

8. un buen lector es un militante de las librerías independientes, alejadas del ritmo vertiginoso de la mercadotecnia, “donde puede uno comprar el libro que salió hace tiempo y que ha tenido tiempo de que alguien lo descubra en una librería”.

9. el buen lector puede surgir en cualquier parte, pero también hace falta una transformación social, porque la lectura implica cierto grado de justicia social: “La única manera de que haya lectores es un sistema social que permita a la gente aprender a leer y escribir”, concluyó Muñoz Molina.

Es, a mi juicio, este último punto (y soy consciente de que he perdido uno por el camino) el primero y primordial, el que, como demuestran las encuestas sobre sociología de la educación y la lectura, determinan de por vida la propensión a hacer de la lectura un placer insondable (con todas las características fenomenóligicas que Muñoz Molina describe tan acertadamente pero que son, precisamente, derivaciones o consecuencias de una predisposición sociologicamente generada) o una práctica absolutamente rechazable, simplemente inconcebible (y, en consecuencia, cualqueira de los rasgos que la definan o la requieran).

El problema de cualquier definición de lo que un buen lector deba representar o ser (como ya intentara Daniel Penac en Como una novela, en la relación de derechos que lo acompañaban), es que suele realizarse desde una persepectiva escolástica, afin a los intereses y valores de quien la pronuncia y propaga, haciendo pasar como principios universales lo que no son sino principios propios de una determinada condición, olvidando, en consecuencia, que el amor a los libros o a la soledad o la replicación de vidas en otros personajes no son placeres automáticos que carezcan de una génesis determinada.

Pd. Derechos del lector según Penac:

• El derecho de no leer un libro.
• El derecho de saltar las páginas.
• El derecho de no terminar un libro.
• El derecho de releer.
• El derecho de leer lo que sea.
• El derecho al Bovaryismo (enfermedad textual transmisible).
• El derecho de leer donde sea.
• El derecho de buscar libros, abrirlos en donde sea y leer un pedazo.
• El derecho de leer en voz alta.
• El derecho de callarse.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Ojo con la tilde en Decálogo (título)

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