Beatriz Vanegas Athías

RECORDANDO A MARÍA MAGDALENA
He desbaratado lo que no me dieron,
que era todo lo que tenía.
Alejandra Pizarnik
Buscó sin encontrar
un instante de lucidez
para percatarse
si existía o no su deseo.
En el roce de los cuerpos
quiso cerciorarse
de la existencia de su amante
pero él, solo era una rueda de humo
y ella entonces, un puñado de soledad.
Anduvo y desanduvo
como una gata nocturna
sobre los tejados,
pero al no encontrarlo,
tiró la estera
y se hundió en ella
abriendo las piernas a la carne.
El olor a humo de la noche
impregnó su vida
y esa noche y las siguientes
fueron mil los cuerpos
que sobre ella cabalgaron.

MEMORIA DEL REGRESO
Habitas el día como leona encarcelada.
No hay parque, poema, bar o conversación
que apacigüe al ejército de hormigas
que marcha por tu sangre.
La tarde es una sentencia a muerte.
La ventana un altar
ante el cual suplicas el milagro.
Cuando la noche llega y a quien esperas no,
sucumbes a la ira
y las paredes y los fetiches
soportan tu rabia.
Cuando la noche llega y a quien esperas no,
desciendes por el agujero de la inquietud
hasta caer en un sueño turbio y expectante
hasta que unos golpes a la madrugada
te anuncian esa sonrisa, esos ojos,
unos brazos que se abren
y ante los que no tienes más remedio
que desbordar una buena bienvenida.

EN EL PASILLO
En el pasillo ocurre el azulejo: ojo azul que
parpadea
feliz ante el hallazgo del grano de azúcar.
Ocurre el aroma mensual del lirio color
ladrillo.
En el pasillo ocurre el rebote del balón
que suspende la siesta.
Ocurre la impaciencia por recoger la ropa
seca
que la lluvia amenaza con empapar y la
carrera
hacia la cocina para intentar salvar la leche
que ya no es de este mundo.
En el pasillo ocurre la hamaca: balanceante
paraíso
para el encuentro con Sabines y Alejandra.
Y ocurre la noche: cuando el mirto
emborracha al aire
y los bonches son estrellas rojas
que encienden el cielo verde del jardín.
Y ocurre también, ni más faltaba,
el despiadado dolor de tu ausencia.

MEMORIA DE LA AUSENCIA
La ausencia es una porción adelantada de
muerte.
Es no estar afuera ni adentro.
Es una cárcel fétida
signada por la condena de la nostalgia.
Es una calle plena de máscaras.
Es estar de rodillas
sobre las huellas del amor
como esa pordiosera
que ayer en el parque aguardaba su
limosna…
Días y días de rodillas,
como la pordiosera
sobre el duro y frío asfalto del recuerdo.

TODO LO QUE QUIERO ES UN BALCÓN PROPIO
Un balcón propio
con persianas de madera
y cortinas fragantes
para ver a las mujeres lindas
pasear su tristeza maquillada
y a las mujeres feas
conformes con su andar
y amargadas con su sal.
Un balcón con persianas de madera
para ver a los hombres cansados
con el peso del amor inexpresado.
Un balcón propio
para ver la mecedora balancearse en la luna
y las redes aferrarse al azulejo
y al asesino pasear con los bolsillos
plenos de dinero adolorido.
Todo lo que quiero es un balcón propio
para descorrer la lluvia
y encarcelar al aire
y acariciar la gota que se amañó
en la hoja del almendro
y soportar a distancia
la lucha del hombre con el ancla;
y sonreír con la dejadez
del que sólo espera la noche y el bocado.
Y una tarde sin premura
tomar tu dulce mano pequeña
tocar como ciega tus ojos punzantes
saborear tu sonrisa confiable
y dibujarle a la noche
los colores del escándalo.

EN LA CARRETERA
Ocurre la mariposa
hoja que cambió de rumbo
y emprendió el vuelo.
Ocurre el hueco
herida abierta y lacerada
y jamás cerrada del asfalto.
Y la hoja
pájaro de corto vuelo
con destino pisoteado.
Y la hojarasca
instante sublime del árbol.
Y la sabana
intento de la tierra
de convertirse en mar.

INVOCACIÓN
Impídeme
recurrir al sueño
para corregir
la fatalidad
de no tenerte.

BINOMIOS
El arma blanca y el arma de fuego.
La súplica y el silencio.
La viuda y las declaraciones.
La ciudad engorda.
El poder también.

SAGA DE LOS DESTERRADOS
En donde fueron las grandes acciones de guerra
Blanquea ya la quijada de asno, y el mar a la redonda hace rodar su ruido de cráneos  sobre las riberas (…)
Saint-John Perse
1
No intentes habitar este añico del mundo
porque aquí el fuego se extinguió.
Es este un lugar oscuro
donde el fuego fundó su morada
y crecieron ciudades con rostro de carbón.
No intentes habitar este pedazo del mundo,
el fuego fatuo se aposentó en la montaña
y crecieron desiertos con oasis púrpura
y ríos cárdenos de peces purulentos.
No intentes asomarte, Prometeo,
no hay coro para tu gesta.
No intentes asomarte,
el fuego fatuo puede ser tu perdición.
2
Ahora mi patria es tu cuerpo.
Luce vano el trono
del rey de las miserias
ante el poder de mi dolor.
La ley es ese cuervo
que pugna por saciar su hambre.
La ley es el lazo que amordaza
mis lágrimas.
País de cuervos ahítos
y de lágrimas prohibidas.
Ahora mi patria es tu cuerpo.

(Poema ganador del Premio Internacional de Poesía Pilar Paz
Pasamar, Jerez, España, 2010)

Poemas tomados de la Antología Ahora mi patria es tu cuerpo: 


 BEATRIZ VANEGAS ATHÍAS. Majagual, Sucre, Colombia, 1970. Poeta y cronista.

Premio Nacional de Poesía Universidad Externado de Colombia, 1993, con el libro “Abriendo las piernas a la carne”, publicado en 1994 por Editorial Lealon, de Medellín. Premio Departamental de Poesía, Fondo Mixto de Sucre, con el libro “Galería de perdedores”, publicado por la misma editorial en 2000. Finalista en el Tercer Concurso de Poesía Amorosa en Palma de Mallorca, 2006. Cronista y reportera de los suplementos culturales de los diarios Vanguardia Liberal, El Meridiano de Sucre y Córdoba.

Trabajos poéticos suyos han sido publicados en antologías de poesía departamental y nacional y en las revistas “El Túnel” de Montería, “Puesto de combate” de Bogotá, revista “S” de Bucaramanga, Semana, entre otras. En 2006 publicó “Los lugares comunes” (poemas), con la Editorial Sic de Bucaramanga. En la actualidad vive en Bucaramanga prepara un libro de crónicas y reportajes titulado “Voces que apagan la oscuridad”, además del poemario “La herida de la hiena”. Coordina el Taller de Lectoescritura “Sara Malacara” donde promociona la literatura infantil y juvenil. Candidata a Magíster en Semiótica de la Universidad Industrial de Santander.

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