Guillermo Enrique Palencia
Poemario
Por: Guillermo Enrique Palencia Mendoza
III
Ahora que gozo del anonimato
De esta muerte
Confieso que desde el vientre de mi madre
Yo venía
Con la excelsa monotonía de ser fantasma
De estar muerto
Decaído
Decapitado
Y descuartizada mi lengua
No te horrorices que el horror
Hace parte de esta paciencia heredada
De esta nostalgia llamada patria.
X
Hay quienes pasan de vísceras a vísceras
Anunciándose como un signo de muerte
Tras la avalancha de este cielo enfermo
Ahora sólo nos queda el anhelo
Por recuperar esa unión indisoluble
Entre el alma y el cuerpo
Esa pasión inexorable emancipada
De todo silencio, de toda paciencia
Para liberarnos esta condición
De la vieja paciencia de ser fantasma.
VIII
In memorian a Miguel Ángel Vargas
La memoria con púas trae rastrojos de vedad
Nadie nada nadería
Eso es estar atrapados por las garras de la muerte
Nadie se atreve dejar de negarse
Nadie quiere recordar-te
Nadie quiere escuchar tu gritería
Porque tus huesos todavía gritan
Porque tu muerte es un pájaro
Que se hospeda en la sangre
Del mundo
Y porque todavía hay vida
En tus huesos. Miguel Ángel
Nadie quiere recordarte
Pero estás gritando y yo te escucho
Como un duro golpe de la memoria
En los recuerdos del mundo
¡Qué obscura esa soledad!
Esa edad en que tus huesos
Cada año se reconocen menos
Pero tienes la memoria del mundo
Amarrada a tu muerte
Porque para muchos de nosotros
Nunca te hiciste muerte en tu muerte
Ahora que siempre veo el verde
De los árboles vestir de luto
Ahora que el mundo con sus máscaras
Y fantasmas
Y hombre de palo con neuronas de lujo
Y sus detritus
Y sus veinticuatro billones de calorías
Con las que giran su azul tirando a escarlata
Tenías razón querido camarada
Y aún desde esa ebriedad
En que tus huesos
Se emborrachan de olvido
Tenías razón
Aunque nadie quiere
Escuchar tu grite-vida
Aunque nadie quiere
Escuchar tu Grit-Herida
Aunque nadie quiere
Escuchar tu grieta-herida
Para algunos de nosotros
Todo dieciséis de mayo
Cualquier herida se hace profunda
Las calles, la luz nocturna
El día mismo, las paredes
El viento, cualquier grito
Las sombras. el amor cotidiano
y también el metafísico;
se visten de luto
y traen esa sensación de libertad
Que siempre nos enseñaste.
Textos tomados del libro Materialización de lo inasible, programa de estímulos a la creación literaria en el departamento del Cesar- Año 2007
Textos tomados del libro Materialización de lo inasible, programa de estímulos a la creación literaria en el departamento del Cesar- Año 2007
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