Andres Francisco Caicedo Padilla

Los pasos continúan

Por: Andres Francisco Caicedo Padilla


LOS PASOS CONTINÚAN
Dicen que los pasos que atrás dejamos
siguen su rumbo indeclinable
y se pierden en el confín de los hitos,
donde convergen los sueños.
Me consta.
Porque soy el paso continuado
de mis abuelos vagabundos
que procrearon una etnia de negros luceros
Y los irrigaron con el eco de tambores heridos
por paraísos sembrados de libertad,
donde los pájaros cantaron amores y caminos
de un pueblo con ganas de volar.

EL CANTO DE LA PIEDRA
El canto de la piedra
pervive en cada muro
que lo aprisiona
en cada nido natural
donde lo sublima el misterio.
Los arroyuelos cantan por ella
y en el cincel del tallador
conciertos melódicos se asoman,
Para inscribir sus alegrías
en el pentagrama de las sombras.
En el alma de la piedra
un aedo su lira despliega,
sobre el tálamo de los sueños
y espolvorea el rostro de la historia
con la notación de alas y de cielos.

ABSTRACCIÓN
Absorto en la latencia infinita
de un rayo de luz;
distraído en el salto invisible
de la muerte que me busca;
embebido en el arcano que musita
la nota musical de lo extraordinario;
me inclino asombrado,
ante una plegaria serena
que mis labios apenas insinúan.
Los fulgores que fusionan
indicios y sospechas de la vida
ondulan sus acciones
y conquistan mis sentidos
en instantes de hondas abstracciones.
La vida se mueve
aunque la  muerte aceche.
Son más bellos los amaneceres
que los ocasos con resplandores.
Mi adherencia existencial
viaja con el tiempo
al punto de un vacío encuentro
y allí por amor me confundo
con la levedad del pensamiento,
que el éter distraído se lleva
como brisa que arrastra una hojarasca.

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