Beatriz Vanegas Athías

RECORDANDO A MARÍA MAGDALENA He desbaratado lo que no me dieron, que era todo lo que tenía. Alejandra Pizarnik Buscó sin encontrar un instante de lucidez para percatarse si existía o no su deseo. En el roce de los cuerpos quiso cerciorarse de la existencia de su amante pero él, solo era una rueda de humo y ella entonces, un puñado de soledad. Anduvo y desanduvo como una gata nocturna sobre los tejados, pero al no encontrarlo, tiró la estera y se hundió en ella abriendo las piernas a la carne. El olor a humo de la noche impregnó su vida y esa noche y las siguientes fueron mil los cuerpos que sobre ella cabalgaron. MEMORIA DEL REGRESO Habitas el día como leona encarcelada. No hay parque, poema, bar o conversación que apacigüe al ejército de hormigas que marcha por tu sangre. La tarde es una sentencia a muerte. La ventana un altar ante el cual suplicas el milagro. Cuando la noche llega y a quien esperas no, sucumbe...