Ignacio Verbel Vergara
ORIETTA Por: Ignacio Verbel Vergara Orietta está bañándose. Lo sé porque oigo caer el agua. Agua que besa y lame sus formas pródigas. Orietta siempre me gustó. Desde la infancia. Mamá la trajo una tarde, la puso entre Arnoldo y yo y nos informó : “Es Orietta, prima de ustedes.” A Arnoldo le gustaba jugar von avioncitos, carros y caballos de palo o de plástico, pero yo solo quería estar con Orietta, frente a sus ojos negros y brillantes. En la noche ya no quería dormir en mi hamaca sino con ella y para ella, tragándome sus olores, su risa, su voz encantadora. Mamá decía vea qué muchacho este, vaya para su cuarto y hasta me azotaba ante mi reticencia a cumplir su mandato. Orietta se unta jabón de fragancias orientales. Hasta acá me llega el aroma de la espuma que resbala por su cuerpo. Ahora, canta. A Orietta le gusta cantar mientras se baña. Ella tiene extremidades largas y gruesas y un trasero duro y provocativo. Aunque uno puede pensar que ...